El sábado 4 las jornadas comenzaron con una explicación sobre el trabajo arqueológico y una posterior visita al despoblado de Siyâsa. La tarde del sábado, reunidos en el Aula de Naturaleza, sede del taller; los participantes pudieron disfrutar del mágico ritual del té. Sentados en cojines y bajo los sonidos y las danzas típica de tierras del continente vecino, la conversación fue protagonista.
Dos actividades han dado fin al taller: Un módulo de iniciación a la escritura árabe y otro dedicado al aprendizaje de las diferentes construcciones cerámicas utilizadas por los moradores de Siyâsa.
María José Morcillo, presidenta de la Asociación Voluntarios de Siyâsa ha agradecido al Museo de Siyâsa su colaboración y se ha mostrado satisfecha por la respuesta que ha tenido el taller entre los jóvenes ciezanos.