Reche sitúa a la mujer como centro de su mirada artística. En su obra, el cuerpo femenino se presenta sin tapujos, rodeado de halos de luz, sombras que evidencian el espacio interior, de reflexión, pensamiento y gozo, que vive todo ser emocional.
En palabras de Rafael Cava, la obra de Celia "es la concreción imaginaria de la idea de transformación, de tránsito interior. Metamorfosis final que supone un principio nuevo, liberador y definitivo. De acuerdo con esta concepción los llamados espacios vienen a representar simbólicamente la naturaleza íntima del alma, donde aún coexisten (y tensionan) lo figurado y lo indefinido, donde el cuerpo deviene mera referencia y en la que la realidad última, aquella cuya representación evita los límites, encuentra su más certera expresión en la luz. Luz activa, viva, potencia dinámica y envolvente".