Para Joaquín Salmerón, comisario de las 3 exposiciones que hasta ahora han tenido lugar en la sala ciezana, estos encuentros con el autor sirven para “desentrañar el sentido de la obra”. Una oportunidad para conocer las pistas que se asientan en el imaginario del pintor y que dan origen a toda su producción expuesta.
Álvaro Peña explicó que las pinturas que cuelgan en La Algorfa son fruto de “varios años experimentando en este tipo de pintura, que supone una nueva forma de ver el arte pictórico” y que su obsesión por las posturas corporales le ha llevado a viajar un paso más allá de la frontera de lo académico, de lo habitualmente aceptado.
El colorido, la imposible disposición de unas figuras antropomórficas “que hacen lo que les da la gana” reflejan, para el artista, un abanico de las pasiones humanas que habitan en el mundo. Un universo que Álvaro Peña invita a vivir desde el gusto por la belleza, por el disfrute, desde la perspectiva de los dandis, que aprovechan su existencia para embriagarse de lo bello.