El trabajo, que se expuso el pasado 14 de febrero, intenta dar una nueva interpretación sobre el yacimiento íbero-romano de Bolvax. Se trata de una revisión, recopilación y sistematización de todos los datos y materiales que hasta hoy día se conocen de dicho yacimiento.
Como conclusiones, Morcillo destacó las características geo-estratégicas de Bolvax al estar ubicado en la entrada Norte del Valle de Ricote, lo que ofrecía un control del territorio bastante amplio, de los recursos de subsistencia tales como la huerta o el bosque de ribera y de las vías de comunicación tanto naturales como el río Tader (Segura) o la calzada romana que va desde Carthago Nova a Complutum.
Otra de las características esenciales es el patrón de asentamiento del yacimiento, en altura con aterrazamientos y con diversas estructuras defensivas (murallas) que se extienden a lo largo del cerro.
Explicó también la ponente que Bolvax tiene una larga pervivencia en el tiempo y en la historia, “como dejan constancia todos los materiales arqueológicos analizados como cerámicas desde época fenicia siglo VII a. C., junto con cerámicas ibéricas, romanas e incluso islámicas, que nos sitúan el declive del lugar hasta el siglo XIII d. C”.
Al inicio de su intervención, María José Morcillo quiso mostrar su agradecimiento a Alicia Fernández, Joaquín Salmerón, los propietarios de la parcela privada donde se encuentra el yacimiento por permitir acceder a su terreno, a familiares y a Carlos Ato, Alba Comino, José Raúl Gómez, Esther Nuñez y Pedro Huertas.