Llevo también muchas historias hacia adelante. Si me conocen personalmente, bien lo saben. Desde que paso Navidad le estuve dando varias vuelvas a la cabeza a ver cómo podía sumarle horas a mi horario de estudio, y no hace mucho decidí levantarme a las siete menos cuarto y a las siete ponerme a estudiar, pero me faltaba algo. Me faltaba dedicar también un poco de tiempo a mí. Necesitaba buscar una vía de escape. La Semana Santa no es eterna, tristemente, por lo que tiré de una de mis pasiones: pasear por el Paseo Ribereño y desconectar del mundo caminando y viendo el Segura penetrar entre la Atalaya.
Para cumplir lo previamente dicho me asigné al calendario dos días, martes y jueves a las ocho de la mañana. Para que el frío del amanecer me espabilara. En principio solo pensaba encontrarme lo mismo de siempre: El Segura, la naturaleza, los pájaros dando los buenos días, la garza bañándose en el rio y la silueta imperturbable de la Atalaya, pero no. Me encontré dos verdaderos caballeros de nuestra tierra. Si Cieza fuera como el reino del Rey Arturo ellos estarían en la mesa redonda. Ellos con sus espadas, que son la pluma y la cámara, lucharían contra todo lo que por delante se nos pusiera a los ciezanos. Ellos caballeros del pasado y amantes del hoy son dos amantes que hacen de su tierra su amor idílico. La mujer que les roba el sentido y les incita a expresar todo su conocimiento y enamorar a sus paisanos con sus destrezas.
Cieza ha tenido ilustres hijos: Fray Pascual Salmerón, Antonio Pérez Gómez. Aurelio Guirao, El Maestro Carrillo, Juan Solano, Pepe Lucas o Pedro Rodríguez, y entre todos ellos en un futuro muy lejano, sino lo hacemos ya, debemos incluir a estos amantes de su tierra y de sus gentes. Siempre alegres, amables y dispuestos a entablar una conversación a pecho descubierto. Con uno compartí los pasillos del IES Diego Tortosa. Yo visitaba su despacho para quejarme de profesores y exámenes, y siempre con esa voz pausada y llena de sabiduría sabia convencerte y hacerte reflexionar. El segundo protagonista en cuestión lo puedes encontrar en cualquier calle o campo de Cieza. Su sombrero de paseo le da una elegancia de otros tiempos. De rica familia el MAESTRO, como le llamamos los fotógrafos, siempre regala lo que mejor sabe hacer, que es disparar con su cámara. Ya sea compacta, de móvil o de NIKON. Y no duda en enseñarte sus trabajos y contarte sus próximos objetivos. - Teo a Madrid que va a buscarte-. D.
Fernando Galindo y D. Bartolomé Marcos, D. Bartolomé Marcos y D. Fernando Galindo son historia viva de nuestro pueblo. Uno capta la belleza del día a día y el otro con su amplio dominio de la lengua de Miguel de Cervantes deja semana tras semana la historia de nuestra tierra escrita en renglones de oro, y la verdad, para mí es un placer poder saludarlos al amanecer cuando me los cruzo por el Paseo Ribereño. Ellos son dos referentes. Por su amor por su tierra, por sus conocimientos, por lo que los quiere el pueblo y sobre todo por su impagable humanidad y afectuosa personalidad.
D. Bartolomé Marcos y D. Fernando Galindo, Marcos y Galindo son el mejor despertador que he podido encontrar cada martes y jueves cuando el sol comienza a dorar nuestra querida tierra y las históricas piedras de nuestras calles. Ellos son legado vivo de Cieza. Ellos son nuestra historia y con sus trabajos honran la memoria de todos los que lucharon, y luchan por una Cieza mejor.
Quizás en FLORACIÓN los encuentres por algún campo ciezano. Por qué viene la FLORACIÓN, pero eso será dentro de un par de semanas.
Os espero en quince días, mientras sigo observando la vida.