En primer lugar, Cieza es el municipio regional con una menor tasa de desempleo, un 13,28%, compartiendo esa posición de honor con Lorca. Se ha verificado una constante mejora del empleo en la localidad en los últimos años, mejora que tiene que ver con el hecho de que la economía ciezana tiene un fuerte especialización agraria. Esto, que puede parecer anecdótico e incluso contraproducente, ha permitido sin embargo al municipio presentar una mayor resistencia a las crisis económicas que nos han golpeado en la última década, siendo como es la agricultura un sector primordial y necesario que se ve menos afectado que otros por las grandes crisis. De hecho durante la última, la pandemia de COVID-19, el sector agrario regional ha verificado un reforzamiento y un crecimiento sostenido, lo cual ha tenido su fiel reflejo en la localidad.
Al mismo tiempo el sector industrial, siempre tan deficitario en la Cieza, se ha visto reforzado con la instalación de algunas grandes empresas que han creado empleo de mayor calidad en la ciudad. No obstante esta reindustrialización sigue siendo aún débil, aunque los polígonos industriales ciezanos se van poblando poco a poco de nuevas empresas que cambian paulatinamente el paisaje económico local.
También hay que tener en cuenta que nuestro crecimiento poblacional ha sido escaso, lo que ha restado presión al mercado de trabajo de Cieza. Muchos inmigrantes asentados aquí se han desplazado a otras localidades e incluso a otras regiones o países durante la gran crisis de principios de la década, ya que muchos ciezanos expulsados del sector de la construcción y de los servicios reocuparon los puestos de trabajo agrícolas que dejaron antaño, en los tiempos de bonanza económica. Se produjo así una reordenación de los factores económicos que es la que en buena medida tenemos hoy, aderezada por el hecho de que también muchos ciezanos y ciezanas dejaron su ciudad para buscarse la vida en otras latitudes.
El que sí ha resultado fuertemente golpeado durante la pandemia ha sido el sector servicios local. No hay más que pasear por las calles de Cieza para darse cuenta de la cantidad de tiendas y bares de toda la vida que han cerrado sus puertas, al no poder aguantar los embates de los confinamientos y las medidas contra la expansión de la pandemia. Este hecho ha impedido sin duda una mayor mejora en las cifras de desempleo de nuestra localidad, aunque de seguir las tendencias actuales es más que posible que nuevas empresas de servicios tomen el relevo en poco tiempo, dando así un aire más vivo a nuestras calles y, naturalmente, a nuestra economía.
No se deben olvidar tampoco las medidas tomadas por el consistorio de la localidad, que dentro de sus capacidades ha desarrollado numerosas iniciativas de apoyo y promoción a los diversos sectores económicos ciezanos. Y tampoco se debe desdeñar el impulso económico regional y nacional, que tira de una economía que depende en gran medida de la venta de la producción de frutas en los mercados nacionales e internacionales.
¿Y el futuro? Pues a corto plazo parece prometedor, ya que las circunstancias que han llevado a Cieza a ser la localidad de la Región con menor desempleo tienen todo el aspecto de extenderse, al menos en ese plazo, en el tiempo. No obstante, y como he dicho ya en muchas ocasiones, no hay que cejar en el empeño de diversificar la economía local. Y no se trata de sustituir unas fuentes de riqueza por otras, ni muchísimo menos; con ello ganaríamos muy poco, por no decir nada. Se trata en realidad de promover y facilitar la llegada de nuevas empresas industriales y de servicios que fortalezcan la base económica de la ciudad y la lleven por la senda del crecimiento sostenido y sostenible, algo que en las últimas décadas apenas se ha hecho realidad.
Y precisamente la sostenibilidad y el medio ambiente pueden y deben marcar el camino al crecimiento de nuestra economía. Cieza posee un entorno absolutamente ideal para desarrollar un turismo de calidad, tanto cultural como natural, siempre que se respete el entorno y no se llegue a los extremos de masificación de otros lugares turísticos. Aprovechar esa disponibilidad y fomentar las iniciativas, insisto que siempre respetuosas, para desarrollarla, debe ser tarea primordial de nuestras autoridades y emprendedores.
En resumen: el futuro a nivel económico puede ser prometedor; de nosotros y de quienes nos representan depende que esa promesa se convierta en realidad.
