Ninguno de estos requisitos se ajustan esencialmente al profesor Marcos. Sin embargo, su gran amigo y colega; el ex-presidente Pinar lo eligió para ser protagonista de uno de esos pregones; -donde los conferenciantes hacen una clara regresión a la infancia y sin que tenga que mediar un psicoanalista argentino. Esa vendría a ser la época mas enfatizada por los conferenciantes.
Bartolomé Marcos quizás tenga algo que ninguno de los pregoneros posean. Él ha sido durante muchos años el gran "voyeur" de las procesiones ciezanas. A través de la mesa de operaciones donde se situaban los monitores, contemplaba al unisono: primeros planos, planos secundarios, picados, contrapicados, escorzos imposibles, etc....No había detalle, por mas recóndito que fuera, que escapase a las pupilas del profesor. Toda la imaginería ciezana: tronos, esculturas, exornos florales, matices lumínicos; todo ello esta archivado en su "disco duro".
Cada año, las procesiones nocturnas se hacen un tanto cuesta arriba; en especial las de miércoles y viernes. No todo el mundo puede estar cómodamente sentado viendo los desfiles. A veces incluso hace frío. Por tanto, la labor de los profesionales de "Tele-Red" es impagable. Gracias a ellos, puedes estirarte en el sofá; sumergido en la atmósfera cálida de casa, mientras por la pantalla del televisor visionas los desfiles, a la par que tomas una cerveza tostada, estilo abadía junto a una lata de berberechos; -tal y como haría el profesor Marcos.
Además, puedes enterarte de las novedades del año; mediante las cortas entrevistas que realizan a los representantes de las hermandades. Cada cual promociona sus nuevos enseres, restauraciones, puestas en escena, etc. Viendo los desfiles en plena calle no te enteras de nada. Su labor como realizador de estos eventos, así como haber sido la "voz en off" de los telediarios ciezanos, pasarán a la historia; así como los cientos y cientos de artículos literarios en diversos medios locales; y donde la temática tratada ha sido y sigue siendo tan variopinta; -aunque las querencias del profesor se dejen notar sensiblemente, pero de esto versará el próximo capítulo.
