Me recibe en la sede AECC de Cieza. Está con un grupo de mujeres que me saludan con la misma vitalidad y alegría que Ana que, aunque muy cansada por los tratamientos, quiere compartir conmigo un rato de ese día.
La escultura: Cristo en las calles
Enamorada por la imaginería, sobre todo por la local, ha sido comisaria de exposiciones que han sacado de casas privadas verdaderas obras de arte. También es miembro de la comisión de arte de la Junta de Hermandades Pasionarias.
¿Es la imaginería el mayor exponente de arte escultórico?
No, no lo es. La imaginería es una de las partes de las Bellas Artes. Dentro de la escultura hay una faceta que es la imaginería, pero el mundo de la escultura es mucho más extenso.
Lo que pasa es que, aquí en España, ese arte religioso se ha hecho imagen para ser trasladado, se ha hecho en madera. Entonces, la talla en madera, desde el Barroco concretamente, ha ido evolucionando y creando esas escuelas tan importantes como la andaluza, la castellana y, más tarde, la murciana.
Entonces, ¿Qué es lo que le hace tener un interés especial por este tipo de arte?
A mí me han gustado los tres ámbitos del arte: la arquitectura, la escultura y la pintura. Lo que pasa es que, aquí en Cieza, había un vacío sobre la imaginería local. Después de la Guerra Civil hubo un vacío de imágenes, pero esas imágenes no se han perdido, siguen en casas. Estas gentes, familias de canónigos, de obispos, han ido cediendo gustosamente esas imágenes, junto con cuadros, para exponer.
Cuando comencé con los crucificados fue un descubrimiento, y una exposición salía otra. ¿Qué me gusta? Objetivamente claro que me gusta la imaginería religiosa, pero no es mi especialidad. Siempre me han dicho experta en imaginería, pero yo no soy experta en nada.
¿Qué valor artístico tiene la imaginería de Cieza?
Tiene la importancia que puede tener una imagen a nivel nacional. Hemos descubierto Salzillos, obras del siglo XVIII de la Escuela Andaluza…Porque no todo se hacía en Murcia, la gente adquiría las imágenes de las zonas castellanas o andaluzas y las traían aquí.
Se han descubierto imágenes importantes. Recuerdo que, la más antigua que hemos expuesto, es una virgen de origen románico, cuando el arte románico no se ha dado nunca en Cieza.
Me llama la atención el poder que la imaginería tiene para emocionar a personas que no se consideran cristianos… ¿Qué es eso que esconde este tipo de arte que llega a tocar el corazón de la gente?
La imaginería nació a partir del Concilio de Trento. La gente entonces era analfabeta, no sabía leer. ¿Cómo se podía traer a la gente a la religión? Pues haciendo imágenes, y cada vez más reales. Tan reales que llegaban incluso a superar el dramatismo. Había que llamar a la gente a la conversión. Gente creyente y no creyente, al ver una imagen real y cruda, en el sentido del verismo de la imagen, iba a la iglesia a ver a aquel que había salvado el mundo.
Hoy en día existe otra vez una vuelta a ese hiperrealismo. Hay cristos que parecen realmente hombres sufrientes. Ya no se busca la belleza por la belleza sino ese realismo cruel. Ahí tenemos el ejemplo de Francisco Romero Zafra, con la Coronación de Espinas.
Cieza: el maestro Carrillo y, ahora, Antonio Jesús Yuste. ¿Qué le parecen estos dos imagineros?
No tienen nada que ver uno con otro: el maestro Carrillo supo imponer en Murcia el estilo castellano. Él aprendió en Castilla a esculpir, aunque tenía referencias de su abuelo.
Antonio Jesús, mucho más contemporáneo, conoce todas las tendencias y los gustos actuales, entre comillas, porque podemos decir que la escultura religiosa está de moda hoy en día. Se ha adaptado a los cánones de la modernidad pero sin olvidar la esencia del barroco: buscar la belleza dentro del dolor.
El cáncer y su trabajo en AECC
Ana María sufre esta enfermedad desde hace 20 años. Una larga etapa de su vida en la que la Ciezana ha sacado fuerzas para volverse cara al cáncer. “Aquí estoy”, le dice, “no vas a poder conmigo”. Desea transmitir esta fuerza, estas ganas de poder con todo, a otros enfermos, por eso fundó, dentro de la Asociación Española Contra el Cáncer el grupo ‘Mucho Por Vivir’.
Hábleme de ‘Mucho por vivir’ ¿Qué actividades realiza y qué aporta este grupo a los enfermos?
Dentro de la asociación hay un grupo de mujeres afectadas de cualquier tipo de cáncer pero, sobre todo, de cáncer de mama. Esas mujeres tenían un vacío a la hora de contar sus experiencias, por eso se creó este grupo. Al principio se trabajaba en talleres de labores pero, lamentablemente muchas de ellas no querían hacer eso sino hablar. Entonces hicimos un grupo de autoayuda, que se reúne los jueves, donde comentan sus sensaciones, tenemos charlas, experiencias de otras personas, ¡para no vernos a nosotras el ombligo! Que veamos que esto se puede superar.
El único objetivo mío ha sido el animar a esta gente a salir del ostracismo de lo que es la enfermedad, de cuando se te cae el pelo, de cuando te dan la quimio… Parece que no te entiende nadie pero nos apoyamos unas a otras, servimos como de muletas.
¿Sigue siendo una enfermedad de parias, de despojados?
Creo que actualmente no. Aquí en Cieza, hace dos o tres años, hablar de cáncer era hablar de muerte. Pero hoy en día, yo creo que la gente es mucho más consciente. Con la nueva directiva hemos movido mucho en cuanto a campañas de concienciación.
Yo no quiero ser nunca abanderada de nadie, pero solamente decir que yo ya llevo 20 años sufriendo la enfermedad, con tratamientos, y estoy todavía viva y tengo calidad de vida. Entonces, quiero ayudar a la gente para que no se sienta tan sola como yo me sentí cuando me lo detectaron.
Uno de los rasgos más visibles es la caída del pelo…La sensación de cuando te miras al espejo la primera vez debe ser dura…
Se te cae el pelo, se te cae el autoestima…Todo. Es un shock muy importante. Hoy en día, gracias a la investigación, los tratamientos no son tan severos. Podemos ver que, cuando a una persona se le cae el pelo, aunque lo veamos en la televisión, se nos eriza un poco la piel.
Es una visión difícil. Tanto para el enfermo como para los que están alrededor
Pero hay soluciones para todo. El pelo vuelve a crecer. ¡Eso es lo de menos! Lo importante es tener siempre la autoestima en alto y saber que podemos ayudar a los otros.
¿En qué han cambiado las fórmulas de tratamiento? ¿Se puede convivir mejor con la enfermedad?
Con la sociedad se puede convivir mucho mejor. En estos 20 años, cuando me lo detectaron, iba señalada por la calle. Me decían “pobrecica”, como si fuera la muerte por la calle. Ahora me ven con pañuelo o con peluca y ya lo ven normal.
Los tratamientos antes eran muy severos porque incluso el sitio donde nos lo daban era un subterráneo, como si fuéramos apestados.
Ahora hay un tú a tú entre enfermeros y pacientes. El médico es más bien un amigo que te habla, que no esconde absolutamente nada de la enfermedad, lo comenta contigo como si fuera cualquier otro tipo de enfermedad crónica.
¿Qué actividades son las que realiza la asociación AEEC?
Tratamos de concienciar a la mujer de que se haga mamografías, porque es más importante la prevención. Hacemos también una cena benéfica en la que muchos comercios ciezanos se vuelcan. Será a finales de noviembre.
Vamos a hacer unas jornadas de concienciación contra el cáncer en las que se han volcado médicos de Cieza, de la Arrixaca y del hospital Virgen de la Vega. También vendemos almanaques anuales, con las fotografías de Fernando Galindo.
¿Cuánta gente forma parte del colectivo?
Ahora mismo somos los primeros en la Región de Murcia en número de socios. Más de 600 personas.
¿Todos son o han sido enfermos?
No. La mayoría colabora. Porque hoy soy yo pero mañana puede ser otra persona. Tenemos que ayudar a la investigación.
Enamorada de sutierra
Tiene una relación especial con su pueblo. Hecho que la llevó a dirigir una popular cuenta en una red social. En ella, Ana vuelca imágenes, anécdotas, frases e incluso expresiones propias de su tierra.
Una cosa es ser ciezano y otra es sentirse ciezano, ¿Usted se siente ciezana?
Yo sí.
¿Por qué?
Es la tierra donde he nacido. Dicen que es de mal nacido ser desagradecido. He viajado mucho y he visto maravillas, pero siempre la tierra atrae. Cuando estudiaba me decían “la ciezana” y yo me sentía muy orgullosa. Cieza tiene todo para mí.
¿Cuál es su rincón?
El casco antiguo. Donde he nacido, donde están mis recuerdos, mi familia…Mi Semana Santa (Ríe).
Sobre esa Semana Santa y su reciente catalogación de Fiesta de Interés Turístico Nacional, ¿Qué deben hacer ahora sus organizadores?
En lo que a mí respecta, mantener el nivel artístico que llevamos. No basta con estar haciendo más obras sino que restaurar lo que hay, conservar. Y, si hay que suprimir, ser legales y reconocer que no todo vale. Quitar lo no valido y dejar lo bueno.
En cuanto a la música, vestuario,…Cada vez va ganando mucho más. Pero no debemos quedarnos aburguesados. Hay que mejorar calles, alumbrado…Muchas cosas.
Y ese amor por Cieza le lleva a crear un perfil en Facebook llamado Adoro Cieza. Cuénteme esa historia
Mira: yo no lo cree. Esto es porque hace un año me jubilaron. Yo he sido profesora de primaria y secundaria. A los alumnos de cuarto de la ESO siempre los he sacado a conocer la historia de Cieza. Porque el que no conoce su historia no la ama, no la siente. Estudiábamos la Cieza modernista, los edificios, los museos.
Al jubilarme, el hijo de un amigo me creó esta página para que esos datos recogidos no quedaran en el olvido. Empecé a hacerlo en honor a mis alumnos y ahí tenía una vía de escape. Y funciona He visto como la gente se ha involucrado de una manera….Fotógrafos que enviaban imágenes, la gente que me decía cosas para poner por la tarde…Ha llegado a meterse gente experta: arqueólogos, agricultores….
Tengo la suerte de tener una bibliografía importante, al menos para mí. Y eso me sirve para jugar con la posibilidad de sacar personajes antiguos, fotos antiguas,… Me ha servido para conocer un montón de personas de un modo muy agradable. Eso sí, he tenido que ir cortando a ciertos “garbanzos negros” que traban de convertirlo en un debate.
¿Por qué esa positividad? ¿Por qué ese “buen rollo”?
Pues no lo sé. Porque me lo propuse desde que la vida me dio ese varapalo. Tenía que seguir adelante y no mirándome a mí misma sino ayudando al que está al lado. Yo soy así.
¿Se puede ser feliz teniendo cáncer?
Se puede ser feliz, te lo garantizo.
Es, sin duda, el momento de dejar la entrevista. El mensaje que Ana quiere transmitir con tanta intención me hace ver que todo queda dicho. Se queda con su grupo, para charlar y desbordar la vida, para seguir luchando y sonriendo. Porque se puede ser feliz.