Qué razón tenía Santa Teresa cuando en el texto anterior realzaba la figura del Santísimo Sacramento en la vida del cristiano, ¡qué razón! y es que en torno a la Sagrada Eucaristía giran los días que el cristiano cuenta a lo largo del año, es la Sagrada Eucaristía el punto y final a un año donde hemos visto como Cristo nacía en Belén, vivía su pasión, se entregaba por nosotros, moría en la cruz y como ascendía a la diestra de Dios.
Era la procesión de este domingo el punto y final a otro año del calendario cofrade, y como tal, la Junta de Hermandades Pasionarias volvió a implicar a sus dieciocho cofradías y hermandades en la Procesión del Corpus Christi. Procesión que a las ocho menos cuarto y entre el repicar de campanas y los acordes del Himno Nacional daba comienzo y que llevaría la Sagrada Forma por las calles del Casco Antiguo de Cieza, calles en las que los vecinos volvieron a levantar altares al paso del trono procesional, hasta casi la docena llegaron los mismos, unos de cofradías y otros de particulares, pero todos con un gran simbolismo y relación con la festividad que ayer celebrábamos los ciezanos.
El cortejo , como es habitual, estuvo formado por aquellos ángeles de blanco que en la inocencia de sus corazones recibieron hace unos meses o quizás días el Cuerpo de Cristo, obteniendo de esta forma un Sagrado Sacramento, recibiendo así a Cristo en sus días y en su vida. Alrededor de una treintena de estos ángeles ataviados con sus impolutos trajes blancos fueron los que acompañaron a los estandartes de las cofradías y hermandades ciezanas, así como al estandarte de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli y a la Cofradía patronal de San Bartolomé, una treintena de estandartes, como bien he dicho, fueron los que precedieron el trono procesional donde la Sagrada Eucaristía llegó a los ciezanos y ciezanas que salieron al encuentro de Dios.
Tras el trono procesional pudimos ver la cara de personas como D. Antonio Tamayo o D. Antonio Muñoz Catalán que se despiden de sus cargos de responsabilidad tras muchos años al servicio de los ciezanos y de todos aquellos que en algún momento les han requerido, hombres que con su esfuerzo y constancia han hecho una Cieza mejor con el paso de los días, los meses y los años, a la presencia de ambos añadir también la de los presidentes de las dieciocho cofradías ciezanas y las dos hermandades previamente enunciadas, el protocolo lo cerraban la Vocal de Caridad de la Junta de Hermandades Pasionarias, en representación de esta entidad, y el alférez de la Guardia Civil, ataviado con el traje de gala de este cuerpo de seguridad. La nota musical la puso, como es habitual, la Banda Municipal de Música de Cieza dirigida por el maestro D. Ginés Martínez y que puso el broche de oro a esta procesión, procesión en la cual se escucharon una larga lista de marchas procesionales, así como alguna composición eucarística.
Con el traslado de la Sagrada Eucaristía al relicario de la Basílica acababan otro año más los actos que la Basílica de la Asunción junto con la Junta de Hermandades Pasionarias de Cieza han organizado en torno al Corpus Christi. Alfa y omega del cristiano.
Llevamos a Cristo, presente en la figura del pan, por las calles de nuestra ciudad. Encomendamos estas calles, estas casas, nuestra vida cotidiana, a su bondad. ¡Que nuestras calles sean calles de Jesús! ¡Que nuestras casas sean casas para él y con él! Que en nuestra vida de cada día penetre su presencia (Benedicto XVI).
