Según afirma Pedro Martínez, miembro de la asociación, "el pueblo de Brasil no será el beneficiario de esta fiesta; por el contrario, los desahucios, la explotación laboral y violaciones de derechos humanos están patentes ya desde antes del comienzo del campeonato".

"La inversión pública en Brasil supondrá un desembolso total de 14.500 millones de dólares, lo que supone un 92% de la inversión total, en diversas infraestructuras donde un gran porcentaje de estas quedará en desuso al finalizar el evento. Creemos, subrayan desde la organización, que es inmoral realizar estas inversiones cuando una buena parte de la ciudadanía reclama más gasto publico en educación y sanidad y no en una copa del mundo. Esta inversión resulta más inaceptable cuando Brasil tiene 30 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza. A fin de cuentas, los grandes vencedores del mundial son la propia FIFA y las grandes empresas con sus ingentes beneficios, mientras que la mayoría social del país verá como sus impuestos son destinados a una fiesta donde no han sido invitados. Esto quedó patente durante la Copa Mundial de Fútbol de Sudáfrica, que supuso un debacle para el país",inciden desde el colectivo.

Martínez afirma que "para mayor agravante, la FIFA no va a pagar ni un céntimo en impuestos sobre esa montaña de dinero en camisetas, bebidas, recuerdos, etc. La organización obtendrá en Brasil un beneficio que se estima en 1.800 millones de dólares, de los que debería ingresar 450 millones en impuestos, pero no los pagará".

Para finalizar, apuntan desde el colectivo "queremos concienciar a la ciudadanía del alto precio, tanto social como económico, que supondrá este evento. La finalidad de esta campaña no es boicotear el mundial, sino informar de lo que este conllevará. ¡No al fútbol negocio!"