Tracas y cohetes hicieron de convocatoria a un pueblo, que sin distinción de edad o sexo, no dudo en despertar al alba para acompañar a Nuestra Señora la Santísima Virgen del Buen Suceso Coronda, Patrona de Cieza, hasta su ermita del Collado de la Atalaya.

Cerca de las ocho y cuarto de la mañana, y tras la solemne eucaristía, la sagrada imagen salía por primera vez a las calles de Cieza este año. Debemos recordar que la procesión de bajada tuvo que ser suspendida a causa de las condiciones climatológicas adversas que tuvieron lugar el ocho de septiembre. De nuevo la pólvora llamó al pueblo de Cieza a acudir en masa a acompañar a la del Cetro maternal, como escribió Gómez Villa en su himno. Calles como Cánovas del Castillo, Cúbico o Don Narciso antecedieron al Puente de Hierro en su despedida a la patrona de los ciezanos. Con una última mirada al pueblo que la venera la patrona emprendía su camino de regreso, perdiéndose en el inmenso mar de hojas que supone la Olmeda del Maripinar.

La Romería de la Virgen del Buen Suceso Coronada supone el reencuentro año tras año de los ciezanos con su Madre. Supone este evento una oportunidad imperdible para que aquellos que no pueden subir a la Atalaya, por cuestiones de edad o motivos de salud, vuelvan a encontrarse con su Madre.

Son las personas de este pueblo las que dotan de una verdadera identidad la devoción por la Virgen del Buen Suceso Coronada y las tradiciones. Son ancianos que en su cabeza llevan un gorro con el rostro de su Fuente de Salud, es la anciana que sentada en su carro pierde su mirada en la que, quizás, es su consuelo cada noche cuando cierra los ojos, quizás por última vez, pero no todo son persona mayores, también están aquellas personas enfermas que con el corazón en un puño suben a la ermita para encenderle una vela, que más que una vela es un soplo de esperanza. ¡Un canto a la vida! . Son personas que en silla de ruedas ven pasar los días y que, pese a sus dificultades, acuden a despedirla al puente bañando sus ojos en lágrimas. En todas ellas reside el verdadero sentido del Buen Suceso de la Patrona de Cieza. Fue Cieza la que se volcó con la Virgen del Buen Suceso, faro de devoción, una nueva mañana de septiembre, una mañana en la que de nuevo nuestra Madre fue cobijada bajo un monumental arco, que a base de margaritas de pin pon, rosas amarillas, lisianthus , solidago y piñas y bellotas de la Atalaya acompañó a nuestra patrona cerca de las tres horas y media que estuvo la sagrada imagen recorriendo los senderos y calles que la condujeron de nuevo hasta su Ermita de la Atalaya.