La apuesta era sencilla: a las 10:10 de la mañana todos los miembros de la comunidad educativa del instituto ciezano que lo desearan debían acudir a las pistas deportivas provistos de un libro, generalmente su obra preferida, para hacerse un selfie masivo en el que quedase patente la afición por la lectura del instituto.

Los resultados están bien a la vista. El alumnado, encantado con la actividad. El personal docente y no docente, exactamente lo mismo. Juzguen ustedes mismos.