El Casco Histórico de Toledo engalanado ese día para ser una vez más escenario de la procesión del Corpus Christi, fiesta declarada de Interés Turístico Internacional, sorprendió a todos los visitantes con sus encantos. Cien floristas procedentes de 12 Comunidades Autónomas han sido los encargados de decorar la ciudad para este día grande, de tal modo que decenas de miles de flores, plantas y árboles entrelazados con alambre, maderas, cartón y papel, configuraban las decoraciones florales que engalanaban las calles de la ciudad, inspiradas en Santa Teresa, con motivo del V Centenario del nacimiento de la Santa.

Además, una guirnalda de 3.200 metros elaborada en una sola pieza, algo único en el ámbito floral, engalanaba también el recorrido procesional bajo los toldos. La gran atracción de la procesión es la custodia, realizada durante ocho años por Enrique de Arfe, en cuya elaboración se invirtieron más de 152 kilos de plata con los que el mejor orfebre que había en España en el año 1515 realizó una estructura de cuatro cuerpos de desigual altura.

La custodia, que mide dos metros y medio de altura, se compone de 5.600 piezas y 7.500 tornillos, ostenta 260 estatuillas y pesa 17 arrobas y una libra, y se sitúa encima de una carroza construida en 1781 en León por Bernardo Miquelez. Es de madera con figuras talladas, de alto relieve unas y completamente exentas otras, representando en cuatro medallones los Santos Evangelistas, uno en cada frente, y en las esquinas una especie de sirenas con otros ornatos de fruteros, espigas, racimos y angelitos.

La carroza es empujada por seis hombres que van dentro de ella, mientras que un obrero de la catedral, vestido con traje negro de paño, nivela la custodia en las pendientes. La Custodia de Arfe, desfiló por las calles de Toledo acompañada por cofradías, hermandades, grupos de jóvenes, bandas de música, niños de Primera Comunión, órdenes afincadas en Toledo, miembros del Seminario Diocesano, del Clero, de la Academia de Infantería y de la Universidad regional, así como pajecillos, acólitos, timbaleros y autoridades civiles y militares.

El grupo de ciezanos, tras la comida, realizó una visita panorámica en autobús para a continuación acompañados de guías turísticos pasear por los lugares más emblemáticos de Toledo.