Semana Santa, romerías, toros, Feria y Fiestas de San Bartolomé, pregones y un sinfín de actos que han sido mucho más sentidos gracias a las notas que con tanto mimo han salido de sus notas. No voy a descubrirles yo que nuestra tierra, como decía anteriormente, es tierra de grandes músicos. Yo, cofrade, no puedo seguir escribiendo sin nombrar al genio del Maestro Gómez Villa. Mago que en apenas seis minutos recogió, como si de un tarro de las esencias se tratara, los sentimientos, momentos y vivencias de la Semana Santa Ciezana. Si Gómez Villa supo plasmar nuestra Semana Santa Ciezana en sus partituras, no hay ni que decir que el Maestro León vio, y sintió, como pocos el ‘’Alegre paso y el gesto airoso’’ de San Juan. Dejándonos para la eternidad un pasodoble que bien podría adaptarse a aquellas letras que en la Ermita del Consuelo un pregonero le dedicó al Faro Luminoso de Cieza, pero que en este caso serían: ‘’No eres ciezano sino conoces el Pasodoble de San Juan’’. Gómez Villa y León; ellos son la cúspide de la música ciezana. Ellos son los famosos, los que todo el mundo conoce y nombran, pero tras ellos hay un legado indescriptible. Una larga lista de educandos a los que Cieza debe algo así como la eternidad.

A lo largo del año no hay ni un solo día en los que los acordes de los instrumentos no suenen en el aire ciezano. No hay un solo día en los que las partituras duerman tranquilamente. No los hay, por qué hay ciezanos, jóvenes y adultos, que interpretan con cariño y excelencia las numerosas obras que deben estudiar para un evento u otro.

En la Calle Cadenas está el centro por excelencia de la música ciezana. El Conservatorio del Maestro Gómez Villa es el tesoro más preciado de la música ciezana. Es el lugar de culto al que acuden cientos de personas a formarse en el indescriptible arte de la música. Si el Conservatorio es el corazón y el centro por excelencia; las calles de Cieza son las venas que vertebran el esqueleto de la música ciezana. En sus calles, plazas y rincones numerosas formaciones musicales trabajan cada mes para que la música llegue a todos y cada uno de los ciezanos, sin excepción, cuando su arte les sea requerido. Grupos musicales, Grupo de Folclore, agrupaciones musicales, grupos de cámara, quintetos y cuartetos, bandas de música o asociaciones musicales son la otra cara de una Cieza que respira música desde la Atalaya hasta la Sierra de Ascoy. No hay ni una sola calle en la que no suene una nota musical, porque Cieza, queridos lectores, les debe muchísimo a todos y cada uno de esos educandos, o músicos, que han dedicado muchas no, muchísimas, horas de su vida a formarse en el noble arte de la música. Algunos han llegado a tocar en grupos famosos; como es el caso del Maestro Alcázar y Manolo García, y otros, en tiempos de penurias, cambiaron las gubias, la madera y las pinturas por partituras, instrumentos y compases para enseñar música a los jóvenes ciezanos que tenían inquietudes musicales. Les hablo del Maestro Carrillo, durante el día escultor, magnífico, y durante las noches director de su propia banda de música.

Sirva Santa Cecilia, su patrona, para que desde este pequeño rincón de la red se les recuerde como una parte vital, e imprescindible de la Cieza del hoy, pero también de la Cieza del ayer, y la Cieza del futuro. Conservemos, cuidemos y respetemos a los músicos. Ellos y sus notas son parte esencial de nuestro día a día.

Os espero en quince días. Mientras sigo observando la vida.