-¿Tan mal estuvo?- Pregunta Juan Bautista.

-No. Era mas bien la consecuencia de todo eso, cada vez que los políticos intentan engrandecer algo, al final ocurre todo lo contrario; como si fueran "gafes". Cuando se piensa en la "España profunda", la gente suele mirar hacia Murcia. ¡Y de verdad te sientes ridícula, al pensar que los mismos murcianos somos el "hazmerreir" del resto del país!...

Bautista esboza un atisbo de ironía en su sonrisa, a la vez que intenta desviar la conversación hacia otros derroteros menos ariscos.

-La casa te quedó preciosa, has puesto muy buen gusto en ella.

-¡Como siempre se dice: el dinero no da la felicidad directamente, pero suele allanar el camino muy bien!...Me di algún caprichito, como esta casa, compré alguna pieza de arte, pero para mi lo importante es algo así como comprar tu tiempo. Un tiempo muy valioso, si una quiere ensanchar sus pocos conocimientos. Mi fascinación estriba en la historia: averiguar como nos han engañado a través de esa misma historia, siempre escrita por los vencedores, y donde los pobres no tuvieron sitio.

En el centro de la larga mesa, queda como gran protagonista una gran mariscada; varias copas azules, una cubitera conteniendo vino blanco "Rueda" y cava. También un centro de flores frescas y un par de candelabros de plata, aportando el tono intimista que transmiten la luz de las velas. Todo ello sobre un impoluto mantel de lino. Al fondo del salón y descansando sobre un sofá de estilo "isabelino", el gato "Julio Agripa". Las notas de "Nabucco" se cuelan en el ambiente de modo sutil y evanescente.

-Sigo tu intensa vida a través de las redes sociales. ¡Estas en todos los saraos importantes, no te pierdes nada, mi querido Juan!...¿Por cierto, a ver cuando coincidimos en París en uno de tus desfiles de moda?...

-¡Cuando tu quieras Lola. Programamos fecha y nos damos un paseito por París. Te llevaré a cenar a "La Coupule", -un mítico restaurante en Montmartre, donde tenían sus encuentros los pintores impresionistas. Podemos ir de compras por Campos Elyseos, recorrer las "Tullerias"!...¡La verdad es que París ofrece tanto!...¡Ah, y también conocerás a mi gran amigo Jean Jaques Revaux, un tipo encantador, un talentazo!...

-¿Y quien es ese tal Revaux?..

-Revaux es un compositor musical. Es el autor de "Comme d´habitude", mas conocida por "A mi manera", la canción que mas se versionó y cantó en toda la historia de la música. ¡Y es curioso, porque cuando la compuso, nadie quería cantarla, decían que su letra era muy dura, demasiado patética, hablaba de un hombre que al final de su vida hace recuento de lo que fue y considera que todo ha sido un tremendo fracaso!...

-¡Que curioso, nunca había pensado en eso!...

-Inquiere ella mientras astilla una de las magnificas cigalas. Observa el semblante de Juan Bautista, envuelto en la acariciadora luz de las velas. Su cuerpo exhala un indudable poder seductor hacia ella. Pero no quiere perderse por esos vericuetos, desea hablarle y concentrarse en el encargo, -aunque por momentos sienta como sube su libido.

-Para el encargo del que te hable, deberás cambiar el "chip". Olvidarte de todo cuanto has hecho en tu carrera de imaginero. Quiero que te sumerjas en el siglo I, que retrates a estos personajes como realmente eran. Los artistas habéis plasmado a esta gente como si fueran de nuestro entorno, en especial las mujeres. Habéis helenizado a quienes solo eran judíos. Tampoco quiero "expresiones beatificas" o de "santurrones". En esos momentos no eran mas que gentes normales, quizás fanatizados por los hechos. ¡La santidad les llegaría después!...

-¡Me tienes intrigado!...-Replica el escultor, que escucha sin pestañear.

-Y el personaje elegido para el proyecto, es la controvertida figura de María Magdalena. Pero una Magdalena diferente, sin copa de perfumes, ni cabellos dorados, ni ataviada con mantos llenos de floripondios; -como si se tratase de la mujer del emperador. Nuestra Magdalena deberá ser una mujer morena, de rasgos absolutamente judíos, con ropajes normales de una mujer galilea de su época y con una gran carga magnética, con abundante carácter, una mujer de "rompe y rasga"...

Bautista da un respingo en su asiento y agarra la copa de vino, sin dejar de clavar sus afiladas pupilas en el semblante de María Dolores, lo cual surte efecto en ella, haciéndola mas vulnerable. La atmósfera va tomando aires de intensidad, a la vez que un juego sutil y ligeramente sensual envuelve el ángulo del salón donde se sitúan los comensales.

-¡No sabes cuanto me excita la posibilidad de realizar esa figura!...¡Algo tan diferente, con esa fuerza sugeridora, de la que hablas!...¿Aunque no se si sera del gusto de los que rigen la semana santa; ya me entiendes?...

-¡Me importa un comino, que les guste o no!...¡Si no permiten que procesione, me la traigo a casa y la coloco allí, justamente al lado del sofá!...¡Tanto el trono como la imagen las pago yo!; -responde airada la anfitriona.

La intensidad verbal da paso a un tiempo de calma, -circunstancia aprovechada por Juan Bautista para saborear el contenido de una centolla-, mientras María Dolores reflexiona acerca de lo expuesto....