A juicio del edil no adscrito, “año a año nuestro barrio antiguo se apaga, pierde el esplendor y la alegría de antaño. Si sumamos el traslado a otras localizaciones de ciertos servicios municipales a la muy baja actividad comercial y a que el aparcamiento disminuye irremediablemente (en esta ocasión debido a la reciente ampliación de acera en la calle Juego de Bolos), el resultado es un barrio que transmite sensación de vacío, de decaimiento, incluso de inseguridad”.
Para Piñera, “en casi la totalidad de calles se encuentran locales comerciales cerrados, muchos de ellos desde hace años, sin noticia de que en ellos vaya a comenzar una actividad inminente. Son más de 50 los locales con las persianas cerradas, un número elevadísimo que hace caer el porcentaje de ocupación en este barrio por debajo del 30. Es un efecto dominó que desplaza la actividad económica al centro de Cieza o incluso a otros municipios donde las perspectivas son mejores. Son diferentes las causas. Desde la baja implicación para este barrio por parte del Ayuntamiento, con sus decisiones, la inexistencia de una asociación vecinal dinámica que traslade problemas y propuestas y dé vida mediante actividades populares más allá de las fiestas por todos conocidas, y el traslado de servicios municipales a, por ejemplo, el edificio de los antiguos juzgados, tiene como consecuencia que, de seguir así, este barrio será un barrio dormitorio de Cieza con el antiguo edificio del Ayuntamiento en el centro”.
Para tratar de revertir esta situación, el concejal propondrá en el pleno de la próxima semana que el Ayuntamiento se implique en la creación de una asociación vecinal, que ofrezca beneficios fiscales a aquellas empresas o autónomos que emprendan en un local de este barrio, que se ceda el total o parte del edificio de la calle del Barco (antiguo Catastro) para que los vecinos tengan un lugar de encuentro (en semejanza al centro social Géneros de Punto recientemente inaugurado). Además, según Piñera, es necesaria la movilización de una partida presupuestaria para adecentar las fachadas de varias viviendas centenarias de este barrio (si todo va bien, muy pronto nuestra Semana Santa tendrá carácter internacional), y, por último “y muy importante, es indispensable la elaboración de un Plan de especial protección y recuperación urbana y económica de nuestro barrio antiguo, en semejanza a otros municipios de España que han logrado reflotar sus cascos históricos”.
