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Semana Santa International Edition

Decir aquí que la Semana Santa es la festividad anual más importante de Cieza es una perogrullada. Pero quizás no lo sea tanto, ni mucho menos, afirmar que la Semana Santa ciezana se encuentra en plena transformación.

A lo que me responderán quienes saben, indignados: ¿Y tú que sabes? Y yo contestaré. Algo sé. Porque la Semana Santa de Cieza, popular como pocas, acaba de estrenar su recién adquirida calidad de ser una celebración “De Interés Turístico Internacional”, algo que pocas festividades españolas poseen y que se otorga para promocionar la imagen exterior de la riqueza turística de España. Y eso tiene sus pros, pero también algunos contras.

Pros muchos. Lo primero, su proyección dentro y fuera de nuestras fronteras, a las patrias me refiero. Lo segundo, las repercusiones que esta proyección puede acarrear, en especial a nivel turístico, o lo que es lo mismo, económico. Es más que probable que, conforme pasen los años, asistamos a un notable incremento de la asistencia de foráneos a las celebraciones de la Semana Santa de Cieza. Un tipo de turismo que está en auge y que sólo puede aprovecharse si la fiesta tiene el marchamo turístico oficial. Si Cieza se convertía hasta ahora en Semana Santa en una celebración total contando tan sólo con los locales y los emigrantes que volvían para la festividad, imaginaos lo que puede ser si acuden a ésta y en gran número visitantes foráneos, de alto poder adquisitivo por cierto, que desean conocer de primera mano el interior de una Semana Santa de la tradición de la ciezana. El impacto económico, social y cultural será sin duda muy positivo. Además la localidad se dará a conocer por el mundo, y no sólo por sus melocotones. También, eso sí, deberá Cieza desarrollar un sector hostelero de calidad que hasta el momento es pequeño e incompleto, y cuya escasa dimensión ha dificultado incluso la concesión a la Semana Santa ciezana del ansiado título.

Contras: algunos. La Semana Santa de Cieza se caracteriza por su arraigado carácter popular. Es parte de la gente, y la gente es parte de ella. No se trata tan sólo de una festividad o celebración religiosa, sino también de un magnífico ejercicio de cohesión social, en el que todas las clases y estamentos participan, e incluso colaboran, para darle mayor esplendor. El hecho de organizarse en hermandades o cofradías crea fuertes vínculos dentro de las mismas entre personas de muy distinta condición social, llevándoles a colaborar en un empeño común. Una importantísima parte de la sociedad ciezana es partícipe, directa o indirectamente, del esfuerzo que se realiza: niños y niñas, jóvenes y adultos, ancianos, ricos y pobres, incluso creyentes y no creyentes, participan en la Semana Santa como actores o como espectadores. Y es ese carácter popular tan propicio el que puede perderse, al menos en parte, dado que el recientemente conseguido título de “Interés Turístico Internacional” exige cumplir una serie de condiciones que, aunque se basan siempre en el carácter popular de la fiesta, derivan hacia una mayor organización que deje un poco de lado la espontaneidad popular. Y este puede ser el riesgo, si se puede llamar así, de la nueva dimensión que ha adquirido la Semana Santa de Cieza.

No es algo seguro ni obligatorio. Puede pasar, o no. Pero sí que puede decirse que sería una pena que la más importante de las fiestas de la localidad perdiese algo de su carácter popular, tan inherente a ella. El tiempo lo dirá.