La Cieza del presente, pero también la del pasado, ha perdido hoy a uno de sus grandes referentes. Un hombre que hacía de la palabra, excelencia. La huella de Bartolomé Marcos permanece imborrable en todos aquellos alumnos que tuvieron el alto honor de escuchar su voz, conocer su pasión por las audiovisuales, pero, sobre todo, poder tratar de tú a tú con aquel niño que siempre quiso volver a Cieza.
En el mañana de hoy, y tras unos años retirado de la vida pública, fallecía Bartolomé Marcos. El polifacético docente ciezano se nos marcha a las puertas de un nuevo septiembre dejando un gran legado en todos y cada uno de los ciezanos, bien a través de su faceta comunicativa en Telered Cieza, o bien en su faceta docente en el IES Diego Tortosa, centro educativo al que consideraba su cenobio y del que fue director durante algunos años, años en los que dejó una huella imborrable tanto en el claustro docente como en todas las generaciones de ciezanos que pasaron por sus manos, pero Bartolomé Marcos, además de un extraordinario docente, ha sido un amante de las letras, como bien se ha podido comprobar en las colaboraciones semanales que, a modo de artículos, realizaba tanto en nuestro medio, Cieza en la Red, como en el diario semanal El Mirador. Siendo realmente en la Sierpe y el Laúd donde este amante del cine dejó todo su poso y su más que contrastado dominio de la lengua de Cervantes.
Siempre amante de su tierra, la recorrió por todos sus caminos, unas veces acompañado por Fernando Galindo y Pedro Luis Almela y otras por algunos de sus compañeros de docencia. Así, y antes de que la Cieza trabajadora despertara, él ya la había recorrido por algunas de sus arterias principales como son El Paseo o el Paseo Ribereño, de donde era un habitual en las frías mañanas del otoño y el invierno. Junto a su querido Rafael Salmerón Pinar, revolucionó el aspecto audiovisual de la Semana Santa de Cieza, dejando para la historia los primeros videos promocionales que se hicieron de esta fiesta, así como el pregón de la misma que pronunció en el año 2002.
Pese a su partida, Bartolomé Marcos siempre pervivirá en cada una de las letras que compusieron los centenares de artículos que a lo largo de los años reflejaron el día a día de su Cieza querida, la que hoy le llora.