La décima jornada de liga traía a La Arboleja un enfrentamiento de alto voltaje entre el CD Cieza, el equipo más goleador de la categoría, y el CD Bala Azul, el menos goleado. Todo apuntaba a una batalla equilibrada, un pulso de fuerzas entre la artillería local y la férrea defensa visitante. Pero la emoción se desbordó apenas iniciado el partido.
Al minuto tres, el guion se quebró con un revés inesperado para el Cieza. Una arriesgada cesión dejó al meta Simón en una situación comprometida, obligándolo a salir. El árbitro expulsó al guardameta y la falta supuso el 0-1 del Bala Azul. Ferni, con un libre directo impecable, adelantó a los visitantes y dejó al Cieza en inferioridad numérica para el resto del encuentro. La afición se quedó en silencio, aunque la tensión en el aire auguraba un contraataque épico.
A partir de ese instante, el CD Cieza reaccionó con furia, volcando toda su energía en el campo rival. La presión alta se convirtió en su arma, obligando al guardameta visitante Emilio a lucirse en varias ocasiones para defender su meta. Los rojillos no dejaban de apretar, y pronto llegaron las primeras jugadas polémicas: los jugadores locales reclamaron con insistencia dos posibles penaltis, uno por una caída del delantero ciezano y otro por una supuesta mano en el área visitante.
El empate llegó en el minuto 18, y de qué manera, Sergio Camacho, con un disparo espectacular, mandó el balón al fondo de la red, desatando la euforia en las gradas. La igualdad parecía restablecida, al menos en el marcador. Sin embargo, justo antes del descanso, el Bala Azul también se quedaría con diez jugadores tras la expulsión de Seidu, nivelando las fuerzas para el segundo tiempo.
En la reanudación, el CD Cieza salió decidido a completar su remontada. El Bala Azul se cerraba atrás, buscando aguantar el marcador y llevarse un punto de oro. Pero el equipo espartero no bajó los brazos; la intensidad y el carácter del Cieza se impusieron, y en el minuto 71, la recompensa llegó. Florian, el hombre del momento, logró el ansiado gol que puso el 2-1 definitivo. La Arboleja estalló en júbilo; el CD Cieza consolidaba su liderazgo con una victoria llena de coraje y fe, afianzándose en la cima de la clasificación.
La hinchada rojilla despidió a los suyos con cánticos y ovaciones, conscientes de que habían presenciado una de esas noches que dejan huella.