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Carta de ajuste. Bienvenido 2025

Si se fijan, la mayor parte del tiempo estamos aprendiendo algo nuevo o nos están sucediendo cosas curiosas, sólo hay que estar atentos. A mí hace unos meses me llamó la atención que en una conversación en la que salió a relucir mi fecha de nacimiento alguien dijo: “¡2025 es tu año primero!”. Ante tal información, mi curiosidad ascendió a su máximo nivel y me puse a buscar por internet hasta que me encontré con la numerología.

La numerología es una creencia basada en que “los números están conectados con el universo y pueden pronosticarnos el futuro”. Según esta práctica, si reducimos a un sólo dígito la suma de nuestro cumpleaños obtenemos el que es, algo así, como nuestro número en el cosmos. Y con lo misterioso, curioso e interesante que puede resultarnos a veces lo esotérico, cogí papel, lápiz y calculadora y descubrí que mi número vital es el 7, algo que me convence regular -entiéndame ustedes- porque de todos los números posibles saber que estoy conectada justo a ese me produce, todavía, más irritación que paz. Pero como el universo es infinito e infinitas son las sumas, podemos añadirle al resultado el 2025 para pronosticar cómo será este año concreto. En mi caso, tal y como ya me adelantaron, mi número especial es el 1: el inicio, el principio, el comienzo. Llega una nueva era ¡bienvenida sea!

2025, además, será para todos -según la astrología- “un año de cambios, aprendizajes y desafíos”. El año de la serpiente en el calendario chino y traerá consigo “estrategia y sabiduría”. Pero seguramente es demasiado pronto todavía para intuir qué va a pasar, aunque puede que las respuestas estén en el pasado, porque si de verdad los números intentan decirnos algo ya nos están chivando que 2025 viene con el mismo calendario bajo el brazo que 1969, es decir, todos los días de la semana coinciden en ambos. Un fenómeno basado en cálculos matemáticos. ¿Podemos entonces adivinar lo que sucederá mirando hacia los hechos ocurridos hace 56 años? Veamos…

1969 es el año del que habla Tarantino en ‘Érase una vez en Hollywood’. El momento de los Beatles: ese año cantamos ‘Yellow Submarine’, los vimos tocar en un tejado y los despedimos con ‘Abbey Road’ –su último disco- cuya portada cruzando un paso de cebra se convertiría en una de las más icónicas del mundo de la música. En el cine se estrenaba ‘Dos hombres y un destino’, protagonizada por unos guapísimos y jovencísimos Paul Newman y Robert Redford, que fue todo un éxito. A 1969 la prensa lo llamó “el año que cambió el mundo”, y seguramente lo sea, porque ese año nació Internet y el hombre llegó a la Luna. Era el 20 de julio cuando, pegados al televisor, veíamos al astronauta Neil Armstrong poner los pies en el satélite e inmortalizar su huella en el espacio para siempre. Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”. Pero por si nos sabía a poco y creíamos que ya lo habíamos inventado todo, en octubre un estudiante logra enviar por primera vez en la historia un mensaje desde un ordenador a otro que se encontraba a 500 km de distancia -¡La era Internet había comenzado!-. También ese año la televisión estadounidense emitió el primer episodio de ‘Barrio Sésamo’, se realizó por primera vez un trasplante de corazón artificial y Richard Nixon fue elegido presidente de los Estados Unidos. Tiempo después, la sociedad acabaría apodando a los nacidos ese año: miembros de “la generación X”, los “más afortunados del siglo XX”.

Y ahora que ya lo saben todo, saquen sus propias conclusiones ¿Serán los nacidos en 2025 los amos del futuro próximo? ¿Estaremos ante las puertas de un nuevo fenómeno musical? ¿Seguiremos haciendo que quepan en las palmas de las manos los grandes sueños del pasado? Tal vez la humanidad consiga, por fin, llegar a Marte o descubrir todo lo que esconde el fondo marino. Y puede que la IA logre teletransportarnos y mostrarnos, si existiera, otra dimensión. Pero ojalá todo aquello que consigamos no olvide que el propósito debe ser siempre hacer de este un mundo mejor.