La cosa se pone caliente (literalmente)
Repito: literalmente. Y nadie hace nada. Eso sí, pagarlo lo pagaremos todos. Y en sangre. Las olas de calor no son ya la excepción, sino la regla. Los científicos, que solo han fallado al suponer que lo peor llegaría con mayor lentitud, advierten que echaremos de menos en pocos años veranos “tan fresquitos” como el …