En esta ocasión la ponencia, efectuada por Antonio Ortuño Terriza, trató sobre la importancia de las Escuelas de Padres y Madres, así como de las medidas para fomentarlas y de cómo incentivar a los padres para que participen activamente. Todos los niños y jóvenes, desde la enseñanza preescolar hasta la enseñanza media, necesitan la ayuda de sus familias para que les vaya bien en la escuela. La necesidad de la participación de padres y madres en el proceso de aprendizaje influye sobre el éxito del niño en la escuela.
Padres y docentes comparten el mismo objetivo: educar a los alumnos. Para alcanzar la misma meta, el centro debe favorecer la participación de los padres y madres y proporcionarles los medios necesarios para estrechar los vínculos con los miembros de la comunidad educativa. La cooperación es fundamental para que el desarrollo académico de los escolares sea coherente. Los padres/madres han de implicarse en el funcionamiento de la escuela y participar en las actividades comunes que se propongan.
La participación de los padres en la vida escolar tiene repercusiones tales como una mayor autoestima de los niños y niñas, un mejor rendimiento escolar, mejores relaciones padres/madres e hijos/hijas y actitudes más positivas de los padres y madres hacia la escuela.
En este sentido, Antonio Ortuño dijo sobre las Familias Inteligentes durante el seminario que en cualquier proceso educativo, se están tomando decisiones continuamente, sorteando cientos de dudas. Una familia inteligente es aquella que piensa que para enseñar, no hay que dejar de aprender. Con su exposición, el ponente pretende dar herramientas que faciliten el aprendizaje de toma de decisiones en la familia, para potenciar las buenas prácticas en el ejercicio de una parentalidad posivita. Herramientas que pueden trasladarse al ámbito de lo profesional, pues ayudan a quienes ejercen la labor de educar a saber tomar decisiones para que las niñas, los niños y los adolescentes aprendan a ser responsables.