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¿Tendrá consecuencias la crisis del Partido Popular en Cieza?

Pues resulta difícil responder a la pregunta. Veamos por qué.

En primer lugar, y a nivel regional, parecía evidente hasta hace pocos días que la dirección nacional tenía en Murcia uno de sus mayores apoyos. Algo que se hizo muy evidente cuando el ciezano Teodoro García Egea, a la sazón secretario general del PP, acudió raudo a salvar al hasta entonces gobierno de coalición de la moción de censura presentada por el otro socio de dicho gobierno, Ciudadanos, y los partidos de izquierda regionales. Cosa que consiguió, aunque por la mínima y a base de transfuguismo y compra descarada de voluntades a cambio de cargos públicos. Pero logró su objetivo y el gobierno de López Miras siguió siendo de López Miras, aunque con una inestabilidad manifiesta.

El caso es que Génova lo apostó todo al mantenimiento de Murcia en poder del partido. El presidente regional era uno de los barones que mayor apoyo y lealtad prestaban a la dirección nacional. Y no solo eso: a nivel local el partido era afín, incluso familiarmente, a García Egea, y por tanto a Casado.

En eso se desató la gravísima crisis del Partido Popular que ha ocupado las cabeceras de los medios de comunicación durante los últimos días. Nos da igual quién haya sido el culpable de la misma; lo que sí nos importa es el resultado final, aunque creo que aún queda mucho bacalao que cortar. El caso es que el tándem Casado-García Egea ha tenido que claudicar ante el bochornoso (esa es la impresión que da) abandono de quienes hasta no hace mucho eran sus máximos defensores, incluido el presidente del gobierno y del partido en Murcia. Pero estamos hablando a nivel nacional. A nivel regional y local la cosa puede ser muy diferente.

Y es que no sabemos con qué apoyos y lealtades cuenta el exsecretario general García Egea en su propia región y en su ciudad. A nivel nacional está claro que se ha ganado muchos enemigos, aunque no conocemos muy bien la explicación de este hecho. Si es cierto que el control ejercido en el partido por el político ciezano ha hecho crecer la oposición de buena parte del aparato de la formación hacia él. Pero a nivel regional Egea ha salvado los muebles al PP murciano en más de una ocasión. Y aunque en política las lealtades y los agradecimientos son bienes más que perecederos, puede que Teodoro García conserve más apoyo de lo que, a primera vista al menos, pueda parecer.

Y lo mismo es válido, incluso más, a nivel local. La cuestión es saber cuándo y cómo se va a cerrar la crisis actual del partido. Quien releve a Casado y a Egea va a necesitar imponer a su gente al frente de las diferentes ejecutivas autonómicas, lo que significará el alejamiento de los vencidos de los resortes del poder. Eso sí, siempre que estos no cuenten con el suficiente apoyo para oponer una resistencia eficaz, lo que derivaría en nuevos enfrentamientos y un mayor desgaste político del partido. Si los nuevos mandatarios lo consiguen, el proceso de limpieza seguirá hacia abajo, a los niveles comarcal y local, con mayor o menor éxito en función de las lealtades que, por ejemplo en Murcia, mantenga García Egea. Puede incluso que en algunas poblaciones la dirección nacional lo tenga difícil para imponer a su gente en contra de quien controle el partido en ellas.

Y puede que no llegue la sangre al río. Puede que a nivel local las agrupaciones se acomoden a la nueva situación y a un statu quo que permita su gestión por quien ahora las dirige. Lo cual probablemente sería más operativo que llevar a cabo una política de limpieza de rivales por todas partes. Pero lo que sí es claro es que habrá que esperar al próximo, y teóricamente decisivo, congreso extraordinario del Partido Popular, del cual debería surgir un nuevo proyecto para el centro-derecha español que se aleje de las veleidades extremistas que hemos podido contemplar últimamente y que solo benefician a la extrema derecha. Y una vez que esté claro ese nuevo proyecto se podrá verificar cuál va a ser su implantación real a nivel nacional, regional y local. Y cuáles sus consecuencias aquí, en Cieza, y también en Murcia.

Que alguna habrá, sin duda. Pero para conocerlas realmente tendremos que esperar.