Los niños, acompañados de sus padres y familiares, no se quisieron perder el pasacalles del Tío de la Pita, acompañado como ya es costumbre por los gigantes y cabezudos, que recorrió como cada 23 de agosto los calles de Cieza en uno de los primeros actos programados con motivo de las fiestas patronales.
A partir de las 22 horas, el cielo de Cieza se iluminó gracias al castillo de fuegos artificiales que la empresa Pirotecnia del Sureste disparó desde el arenal del río Segura y que miles de vecinos siguieron desde diferentes puntos de la ciudad como el Balcón del Muro, la ermita del Santo Cristo o la Atalaya.