En su opinión, nada de lo que hay aquí está realmente fuera, todo son ilusiones que crea nuestro cerebro. El cerebro inventa el mundo. Pues bien, nuestro primer protagonista de hoy, con el poco cerebro que tiene, quiere reinventarlo a su modo, manera y antojo, y quiere-y como puede, lo hace- cerrarlo, “enmurarlo”, si se nos permite la expresión, o amurallarlo, a cal y canto, para que los norteamericanos vivan bien dentro del juguete que él se ha inventado. En cierto modo, se parece mucho a la tonta actitud y estrategia del avestruz. Y sí, quiere, pero no podrá. Con sus primeras disposiciones se ha pasado ya tres pueblos y cuando quiera frenar (que alguna vez quizá se le ocurra que debe frenar) acabará pasado de rosca, rota la maquinaria, sin posibilidad de detener su propia locura y precipitándonos a todos, con él, a un abismo irremediable y sin retorno. No hay que olvidar que tiene al alcance de su mano el arsenal nuclear de los EEUU, con más de once mil cabezas atómicas que pueden destruir el mundo cinco o seis veces… por lo menos, que con una sobra. Un ridículo Sansón para las postrimerías de un imperio en decadencia. Un tonto con un endemoniado pirulí.
Una de las últimas de sus primeras decisiones, fulminar a la Fiscal General en funciones de su país por haber ordenado no defender en tribunales el veto migratorio, uno de los primeros decretos firmado por Trump para prohibir la entrada en EE.UU. a todos los refugiados durante 120 días, vetando además la entrada durante 90 para los ciudadanos de Irak, Irán, Siria, Libia, Sudán, Somalia y Yemen, países desde los que, por cierto, no ha partido ningún ataque terrorista en EE.UU. en la última década, protagonizado por nacionales de esos países. La confusión, la división y la batalla legal que ha provocado su irracional y temerario ordeno y mando serían sólo –según la administración de este gran (y peligroso) tonto- “el pequeño precio que hay que pagar» para ganar en seguridad”. No hace falta insistir en que en los Estados Unidos es muy difícil encontrar a alguien que no sea realmente inmigrante, salvo a los pocos pieles rojas que han logrado sobrevivir a día de hoy a fanfarrones chuletas de encefalograma casi plano como el propio Trump o condecorados matarifes como el general Custer. Muy cerca, en su propia cama rica de rico multimillonario, descansa cada noche una bella inmigrante eslovena, su propia esposa Melania Trump.
También muy cerca de él, desde su propio entorno, son bastantes los que han advertido a Trump de que la orden de vetar la entrada de ciudadanos de países musulmanes será como «dispararse en el pie» en la lucha contra el terrorismo, porque lanza la idea de que EE.UU. no quiere que los musulmanes entren en el país y eso puede ayudar paradójicamente al reclutamiento de terroristas. Tonto y cabezón integral, inasequible al desaliento (como todos los tontos, el de más abajo también), Trump sigue enjugascado con su maquinita de twitear. ¡Que Dios nos pille confesados!. Métase usted su gran país por el culo, señor Trump (oso)…Ni siquiera de visita me apetece ir. Si es por tontos muy tontos prefiero un país como el mío, que huele a ajo y que, desde luego, también tiene incansables tontos, a “parvás”, a “sartenás”.
Dos. ¿Dónde vas, Pedro Sánchez?…¿Dónde vas, triste de ti?
“Hay agua en la piscina”- proclama el tonto de Pedro Sánchez en su primer mitin de campaña de primarias – porque se presenta, ¿saben?, se presenta- aunque parezca increíble, llega el tío otra vez y dice que se presenta. Y lo dice en un complejo hotelero andaluz, en la tierra de su previsible principal rival, Susana Díaz, frente a una balsita decorativa con apenas un palmo de agua. Hay agua en la piscina, dice quien podría haber sido centurión o guardaespaldas del emperador “trumpiano”. Puede tirarse…es muy libre de hacerlo…se va a romper la crisma…pero se va a tirar. Seguro ¡Peeedrooo!…prudencia…piénsatelo, tío. Que mira que es verdad que sí que hay agua…pero es tan poca… Le da igual morir matando. Pues que aproveche, que los palos con gusto no duelen. Lo que pasa es que, claro, uno tiene cabecica para pensar y piensa: pero, ¿cómo lo siguen dejando suelto? ¿Es que no hay nadie con mando en plaza en el PSOE que invite a este tonto del bote, o sea, a este botarate, a multiplicarse por cero y desaparecer de la escena política española de una puñetera vez? Se repite una y otra vez que Sánchez es el candidato “de la militancia”, sin que, por el momento, haya elección alguna que lo acredite. Otra cosa es que uno se mire al espejo y se crea el más guapo del mundo, que algo de eso se ve que le pasa a este muchachote.
Así que voy a intentar exprimir al máximo mi cerebro-con prudencia no vaya a pasar que estalle de nuevo- para ver si alumbrara un mundo mejorcico. Pero se me da a mí que eso de que el cerebro inventa el mundo del catedrático de la Autónoma de Barcelona se parece mucho a un renovado argumento ontológico de San Anselmo…que pensaba que si somos capaces de concebir la idea de Dios, eso demuestra ya que Dios existe, dando un salto descomunal del orden lógico al orden ontológico, del ámbito mental al del ser, del concebir al existir, cuando sólo es un ilusorio mundo de ilusiones.
