Si sólo pudiera retroceder el tiempo un segundo y cambiar una acción del pasado, solamente una, indudablemente cambiaría el momento en el que esa persona (inintencionadamente) te regaló la muerte. La verdad es que, en menos de un año, te cogí más cariño que a muchas personas en toda mi vida. Y qué rabia. Qué triste fue ver una vida cambiar en menos de cinco segundos. Justo delante de mis narices. Porque lo tuyo era una vida más, igual que todas.
En fin, la verdad es que escribir esto ahora no tiene mucho sentido. No va a solucionar nada, ya que la máquina del tiempo no existe, pero es una manera de recordarme que sigues en mi cabeza.